Los limpiadores ultrasónicos son limpiadores de inmersión que utilizan ondas ultrasónicas de alta frecuencia y alta intensidad para eliminar la contaminación de las superficies en un “líquido activado ultrasónicamente”.

La máquina utiliza el fenómeno de cavitación (formación de burbujas) para la limpieza. Consiste en un tanque de metal con transductores adheridos al fondo o a las paredes laterales. Las burbujas generadas son lo suficientemente pequeñas como para penetrar incluso en grietas microscópicas, limpiándolas a fondo y de manera constante.

Esta tecnología requiere únicamente agua para funcionar eficientemente, sin embargo se pueden introducir líquidos de limpieza designados para mejorar el efecto.

La tecnología ultrasónica se utiliza ampliamente en la investigación científica, la disrupción celular, la extracción y la sonoquímica farmacéutica. También se utiliza para limpiar instrumentos quirúrgicos, implantes murinos y una serie de otras aplicaciones.

Dos características importantes relacionadas con la cavitación que hacen de la limpieza ultrasónica una opción poderosa:

1. Los limpiadores ultrasónicos convencionales funcionan dentro del rango de 40 kHz.

2. El paso de ondas acústicas a través del fluido limpiador provoca una transmisión acústica, lo que reduce el espesor de la capa límite hidrodinámica en cualquier superficie sumergida. En consecuencia, la mayor exposición de partículas diminutas en la superficie al fluido que fluye puede superar la fuerza de adhesión entre la superficie y la partícula. Este fenómeno se utiliza en limpiadores megasónicos de alta frecuencia (1 MHz).